viernes, 16 de mayo de 2008

PEP

Todos los asientos del metro estaban ocupados. La gente se ajustaba en las esquinas y en los laterales del vagón. “Misión Imposible” sonaba en mi reproductor.

Buscaba la barra en la que me impulsaría para salir rompiendo la ventana antes de que descarrilara… salvaría la chica rubia del otro extremo del vagón… mierda, se ha acabado la canción… ni salto por la ventana ni rubia.

Cuando sonaban las primeras notas de la siguiente pista advertí una presencia cercana por babor. Ejercitando mi extraordinario ángulo visual panorámico podía distinguir como alguien se acercaba a mí y me observaba de lado. 30, 20, 10 centímetros… esto era atracción. Tras unos segundos de pausa y como si se tratase de una revelación divina o un placer pasajero que no quieres retener… el hombre dijo:

- Pep Guardiola -

Y giró de nuevo su rostro en busca de mi reacción.

Mi maniobra, así como la de todos los que nos rodeaban fue unánime. Giramos la cabeza buscando el origen de esas palabras y al encontrarlo buscamos el motivo de las mismas… en la mayoría de los casos sin suerte. Al ver que había metido la pata, nuestro amigo miope se alejo disimuladamente para cambiarse de vagón dejando a más de un pasajero también con dudas sobre su miopía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pep Guardiola el terror de las duchas!!Hay que vigilar los culos en el San pancracio a partir de ahora!!