lunes, 11 de agosto de 2008

AUSENCIA


Llorando soledades que recorren tus esquinas
He aprehendido una a una sus sinuosas curvas
Y he tocado todas y cada una de las cuerdas
De esa guitarra española que es tu cuerpo

Y no me acostumbro a perder en este juego
A apostar blanco y ver salir el negro opaco
A olvidarte y recordarte cada vez más dentro
Y afilar las lágrimas hasta convertirlas en sables de salitre

No persigo más que una imposible ventisca
Que añoro aunque mil veces me ha sangrado
No sueño otra cosa que construir las piezas
Que una vez desperdigaste, frivola y despechada

Salir corriendo en dirección opuesta a tu ausencia
Malgastar días reiviritendo en olores ya olvidados
Gritar a los cuatro vientos que me rompa el alma
O que florezca el milagro en mis pupilas cansadas.

Te susurro al oído de fotografías en blanco y negro
Que no me acostumbro a masticar tu ausencia
Ni a pasear despacio por otros insipidos labios
Haciendo autostop en curvas redentoras ajenas
Y silbando bajito el conocido "Aves de paso"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias Quique y no te canses, bendito inconformismo que nos hace seguir vivos. De sobras sabes que la más prohibida de las frutas te espera hasta la aurora como un pañuelo curafracaso.