No, estaba claro que aquello no podía continuar. La personificación de los astros era un recurso demasiado raído, trillado y relamido. Si le enviaba esa carta a Sol no lograría explicar sus sentimientos, y ella la acusaría de irle con el cuento infantiloide, cosa que a Luna le reventaba un montón.
Pero ¿quién podría negar que no podía ser casualidad que ella, Luna, y Sol se hubieran enamorado? Si es que el nombre hace la cosa: ella era taciturna; en cambio Sol no resplandecía, porque Sol se llamaba Soledad en su DNI. Y eso era lo que le tocaba, su destino, o lo que elegía. Y por eso, lo que había habido entre ellas había sido como una tarde de verano, en que el sol desciende, con luz cansada y la luna se empieza a ver translúcida en el otro horizonte. Las dos apagadas, con un poco de claridad tamizada, sin brillar.
Ahora que Sol se alejaba de mí, recuperaba su esplendor, volvía a irradiar, rodeada de gente pero sola. Así que yo me conformaré mirándola de lejos mientras se me ilumina la cara.
Pero ¿quién podría negar que no podía ser casualidad que ella, Luna, y Sol se hubieran enamorado? Si es que el nombre hace la cosa: ella era taciturna; en cambio Sol no resplandecía, porque Sol se llamaba Soledad en su DNI. Y eso era lo que le tocaba, su destino, o lo que elegía. Y por eso, lo que había habido entre ellas había sido como una tarde de verano, en que el sol desciende, con luz cansada y la luna se empieza a ver translúcida en el otro horizonte. Las dos apagadas, con un poco de claridad tamizada, sin brillar.
Ahora que Sol se alejaba de mí, recuperaba su esplendor, volvía a irradiar, rodeada de gente pero sola. Así que yo me conformaré mirándola de lejos mientras se me ilumina la cara.
(¿continuará?)